miércoles, 7 de marzo de 2007

Coll y el vaso de agua

Hoy he vuelto a ver el sketch del vaso de agua. Y me he vuelto a desternillar en mi sillón, aunque, de haberlo visto tantas veces, hasta hacía karaoke y recitaba las frases de los dos humoristas. Todo esto confirma que gente como Jose Luis Coll y Luis Sanchez Polack, ese tipo de personas que tanto han hecho por facilitarnos la vida, por poner un punto de absurda lucidez en la existencia, nunca mueren. Así que estas líneas no son ni un obituario ni siquiera un homenaje, porque solo pueden dar homenajes personas por encima de mi nivel, un sencillo españolito de a pie que tiene la suerte de tirar hacia adelante como buenamente puede y que garabatea palabras confusas en una bitácora... No, lo que uno quiere hacer con este tipo de textos es dar gracias y compartir con quien lea estas líneas un sentimiento.

He leido ya en varios periódicos que Tip y Coll fueron maestros del humor inteligente. Eso presupone que hay un humor estúpido, supongo que pensarán los que dicen tal cosa. Y ya empezamos con los elitismos. Uno piensa que, en lo que respecta a cualidades, sólo hay un humor, que unas veces nos hace gracia y otras no. El que se rie con Monty Python, y alardea de ello... ¿puede jurar no haberse reido nunca con Benny Hill? ¿Acaso los alabados Martes y 13 no alternaron buenos y malos momentos dentro de su humor? ¿No recordamos que Fernando Esteso hizo deleznables películas de indudable éxito, pero que también nos hizo ver entre carcajadas las bondades del "Coñac La Parra" (el que lo bebe, la agarra)? En suma, no somos capaces de reirnos con un chiste al tiempo que exclamamos, "¡qué malo!"?

Lo que si hay en el humor, como en toda manifestación creativa, es temas. Hay un humor de lo cotidiano (explotado ya, a veces hasta la nausea, por los cómicos tipo "El club de la comedia"), un humor escatológico, un humor sexista... y, cogiendo otro adjetivo que se repetirá mucho estos dias al hablar de Coll, un humor surrealista. Sin embargo, uno prefiere creer que Tip y Coll dominaron como pocos el humor que busca el retruécano lingüístico, el jugar con las palabras -algo que Coll demostró saber hacer también con sus desopilantes "Diccionarios"... Anorquista es aquel que hace con su ano lo que le da la gana. Las greguerias de Ramón llevadas a su absurdo máximo.

Este era el humor en el que más destacaban Tip y Coll, igual que Gila fue un maestro en simplificar y hacer más inocentes las situaciones más tremendistas o Martes y 13 llevaron la parodia a grandes alturas. Este es el humor que vemos en el mentadísimo sketch del vaso del agua, o, por poner otro popular ejemplo, el del joven que va a pedir la mano de una muchacha a su padre ("-Soy paraguayo y querría hablar con usted -¿Para qué? -Paraguayo"), un humor basado en ir deformando el lenguaje y ver adonde lleva el hilo... El resultado es un absurdo continuo interrumpido por nuestras carcajadas, en el que lo de menos es la situación, y lo que más importa es ver como siguen los humoristas manteniendo ese crescendo...

Gracias, Coll (y Tip) por todo. Ahora, si me perdonáis, volveré (volverons) a ver (voyons) el sketch del vaso, a desternillarme (desternillons) como una cabra (cabr...).

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